Terapia de agua de esclerosis múltiple

El ejercicio puede ser un verdadero desafío para algunas personas con esclerosis múltiple (EM). Los síntomas comunes como debilidad, entumecimiento y problemas de equilibrio pueden dificultar la actividad física, y tal vez incluso un poco intimidante. Pero el ejercicio es tan importante para las personas con EM como para todos los demás. Una buena rutina de ejercicios puede incluso aliviar los síntomas.

Muchas personas con EM encuentran que la terapia con agua es la forma más fácil y gratificante de mantenerse físicamente activa. La flotabilidad del agua ayuda a sostener las extremidades débiles, haciéndolas sentir más ligeras. El agua también proporciona resistencia, lo que ayuda a fortalecer los músculos. Las personas con EM pueden encontrar más fácil pararse en el agua que en tierra firme, y también hay un menor riesgo de lesiones debido a una caída.

Beneficios para la salud de la natación

Las personas con EM pueden descubrir que tienen un mayor rango de movimiento en el agua. Hay mucho menos peso en sus articulaciones cuando su cuerpo está sumergido. La natación también puede mejorar la resistencia, la flexibilidad, la fuerza y ​​el equilibrio.

La fatiga es el síntoma más común de la EM y, a menudo, la más debilitante. Según la Clínica Cleveland, el ejercicio regular puede mejorar la fatiga relacionada con la EM.

Nadar también puede reducir el dolor. En un 2012 estudio, un programa de ejercicio acuático de 20 semanas resultó en una "reducción significativa del dolor" entre las personas con EM. Los participantes del estudio también notaron una mejoría en los síntomas como fatiga, depresión y discapacidad. Un antes estudio descubrió que el ejercicio acuático mejora la calidad de vida de los pacientes con EM.

Los no nadadores también pueden beneficiarse de la terapia de agua.

Si no confías en tus habilidades para nadar o simplemente no te gusta sumergir tu cabeza bajo el agua, hay muchas otras formas de hacer ejercicio en la piscina. Muchas comunidades ofrecen clases acuáticas que se centran en estiramiento, equilibrio y fortalecimiento muscular.

Su médico o fisioterapeuta puede recomendar un programa específico de terapia de agua que puede incluir levantamientos de piernas, marcha y uso de equipos de resistencia. Muchas clases de hidroterapia son dirigidas por fisioterapeutas con licencia que se especializan en ayudar a personas con EM u otras discapacidades.

Dependiendo de sus habilidades físicas, es posible que no necesite una clase para hacer ejercicio en la piscina. Jugar en la piscina con los niños o los nietos puede ser un gran ejercicio y muy divertido.

Terapia de agua para cuerpo y espíritu.

Ai Chi es un tipo de terapia de agua cuerpo-mente creada en Japón. Es una secuencia de movimientos en el agua que combina respiración profunda y movimientos lentos y amplios. Se cree que promueve un mejor equilibrio y flexibilidad, así como también fuerza y ​​concentración. Realizado en un entorno grupal, Ai Chi combina un sentido de comunidad con una actividad física saludable.

Además de todo ese ejercicio de lucha contra la fatiga, un poco de tiempo en una tumbona junto al agua puede ayudar a aliviar el estrés y a sentirte relajado por completo.

Esclerosis múltiple y temperatura corporal.

Algunas personas con EM experimentan un brote temporal (pseudo exacerbación) de los síntomas cuando se sobrecalientan. Esto puede suceder en un jacuzzi, sauna, a altas temperaturas o incluso en un baño caliente. Si alguna vez ha tenido un brote relacionado con el calor, debe evitar las piscinas sobrecalentadas y el tiempo prolongado al sol.

Por otro lado, un chapuzón en una piscina en realidad puede enfriar la temperatura de su cuerpo y ayudarlo a evitar esa exacerbación. De acuerdo con la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, 81 a 83 grados Fahrenheit es una buena temperatura del agua. Puede que tenga que experimentar un poco para encontrar su punto ideal.

Cuando estás descansando junto a la piscina en un día caluroso y comienzas a sentirte sobrecalentado, un chapuzón frío puede arreglar las cosas.

Vamos a empezar!

Hable con su médico antes de comenzar si no está seguro de ser físicamente capaz de nadar o hacer ejercicio en la piscina. Es posible que puedan derivarlo a un fisioterapeuta o una clase con instructores calificados.

El ejercicio beneficia sus cuerpos y su sensación de bienestar. Cuando los síntomas de la EM interfieren con su capacidad para hacer ejercicio, la terapia con agua puede ayudarlo a tomar el control nuevamente. Cualquiera sea el tipo de terapia de agua que elija, los sentimientos positivos asociados con la experiencia pueden ser solo la motivación que ha estado buscando.