¿La leche es inflamatoria?
La lechería no es ajena a la controversia.
Algunas personas creen que es inflamatorio, mientras que otros afirman que es antiinflamatorio.
Este artículo explica por qué algunas personas han relacionado los lácteos con la inflamación y si hay evidencia que lo respalde.
¿Qué es la inflamación?
La inflamación es como una espada de doble filo: un poco es bueno, pero demasiado por demasiado tiempo es dañino.
La inflamación es la respuesta natural de su cuerpo a patógenos como bacterias y virus, o lesiones como cortes y raspones.
En respuesta a estos desencadenantes inflamatorios, su cuerpo libera mensajeros químicos especiales, como histamina, prostaglandinas y bradiquinina, que indican una respuesta inmune para defenderse de los patógenos o sanar y reparar el tejido dañado (1).
La respuesta inflamatoria puede ser aguda o crónica, con una inflamación aguda que dura unos días y una inflamación crónica que dura más de 6 semanas (2).
Aunque la inflamación aguda es la primera línea de defensa de su cuerpo contra lesiones o infecciones, la inflamación crónica puede ser dañina y dañar los tejidos y órganos de su cuerpo.
La inflamación crónica puede ser el resultado de infecciones o lesiones no tratadas, un trastorno autoinmune como la artritis reumatoide o sus hábitos de estilo de vida, especialmente su dieta.
Lácteos y sus componentes.
Los productos lácteos se producen a partir de la leche de mamíferos como vacas y cabras e incluyen queso, mantequilla, yogurt, helado y kéfir.
La leche y los productos lácteos contienen muchos nutrientes importantes, como:
- Proteína. La leche y el yogur proporcionan proteínas que el cuerpo puede digerir y absorber fácilmente (3).
- Calcio. La leche, el yogur y el queso son fuentes ricas en calcio, un mineral necesario para la función adecuada de los nervios y los músculos, así como para la salud ósea (4).
- Vitamina D. Muchos países fortifican la leche de vaca con vitamina D, una vitamina esencial para la salud ósea, la función inmune y el control de la inflamación (5).
- Probióticos El yogur y el kéfir contienen probióticos, que son bacterias beneficiosas que promueven la salud intestinal e inmunológica (6).
- Vitaminas del grupo B. La leche y el yogur son buenas fuentes de riboflavina, o vitamina B-2, y vitamina B-12, que apoyan la producción de energía y la función nerviosa (7, 8).
- Ácido linoleico conjugado (CLA). Los productos lácteos se encuentran entre las fuentes más ricas de CLA, un tipo de ácido graso relacionado con la pérdida de grasa y otros beneficios para la salud (9).
Además, la leche entera y los productos lácteos son ricos en grasas saturadas, y es por eso que se cree que estos productos causan inflamación.
Si bien las grasas saturadas no necesariamente causan inflamación, pueden empeorar la inflamación que ya está presente al aumentar la absorción de moléculas inflamatorias llamadas lipopolisacáridos (10).
Los estudios de observación también han asociado el consumo de leche y lácteos con un mayor riesgo de acné, una afección inflamatoria, en adolescentes y adultos jóvenes (11, 12).
Además, las personas pueden experimentar hinchazón, calambres y diarrea al consumir lácteos y vincular esos síntomas con la inflamación, aunque es probable que estos síntomas estén relacionados con una incapacidad para digerir el azúcar de la leche llamada lactosa (13).
En cualquier caso, muchas personas evitan la leche y los productos lácteos por temor a que promuevan la inflamación.
Lácteos e inflamación
Está claro que consumir ciertos alimentos, incluidas frutas y verduras, puede disminuir la inflamación, mientras que otros alimentos como las carnes procesadas, las bebidas azucaradas y los alimentos fritos pueden promover la inflamación (14, 15).
Aún así, a menos que tenga una alergia a la proteína en los lácteos, es menos claro si los lácteos promueven la inflamación. Algunos estudios sugieren que sí, mientras que otros sugieren lo contrario (16, 17).
Estas conclusiones mixtas son el resultado de diferencias en el diseño y los métodos del estudio, el estado demográfico y de salud de los participantes del estudio y la composición de la dieta, entre otros.
Una revisión de 15 ensayos controlados aleatorios de 2012 a 2018 no encontró ningún efecto proinflamatorio de la ingesta de leche o productos lácteos en adultos sanos o en adultos con sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2 o síndrome metabólico (18).
Por el contrario, la revisión señaló que la ingesta de lácteos se asoció con un débil efecto antiinflamatorio en estas poblaciones.
Estos hallazgos son similares a una revisión anterior de 8 estudios controlados aleatorios que no observaron ningún efecto del consumo de lácteos en los marcadores de inflamación en adultos con sobrepeso u obesidad (19).
Otra revisión en niños de 2 a 18 años no encontró evidencia de que el consumo de alimentos lácteos enteros aumentara las moléculas inflamatorias, a saber, el factor de necrosis tumoral alfa y la interleucina-6 (20).
Si bien la evidencia actual no sugiere un vínculo entre los lácteos y la inflamación, se necesita más investigación para determinar si los productos lácteos individuales, y qué componentes o nutrientes de esos productos, promueven o disminuyen la inflamación.
Por ejemplo, los estudios observacionales han relacionado la ingesta de yogurt con un riesgo moderadamente reducido de diabetes tipo 2, una enfermedad asociada con inflamación crónica de bajo grado, mientras que la ingesta de queso se relacionó con un riesgo moderadamente mayor de la enfermedad (16, 17).
La línea de fondo
La inflamación es la respuesta natural de su cuerpo a una infección o lesión.
Si bien la inflamación aguda es necesaria para proteger y sanar su cuerpo, la inflamación crónica puede hacer lo contrario y dañar sus tejidos y órganos.
Se cree que la leche entera y los productos lácteos con toda la grasa causan inflamación porque contienen grasas saturadas, se han implicado en el desarrollo del acné y pueden causar hinchazón y malestar estomacal en personas con intolerancia a la lactosa.
Aunque se debe aprender mucho sobre el papel que los productos lácteos individuales tienen en la inflamación, la mayoría de las investigaciones sugieren que los productos lácteos como grupo no promueven la inflamación y que, de hecho, pueden reducirla.